Queda mucho por hacer. Esto parece obvio y aplicable a cualquier campo o disciplina; pero referido a términos medioambientales, las actuaciones adoptan ese  carácter de urgencia necesario para intentar revertir esta complicada situación cuyos efectos son evidentes, medibles e incuestionables.  

Los profesionales de las áreas verdes somos clave como proyectistas de la futura trama vegetal de pueblos y ciudades, porque somos capaces de llevar a cabo intervenciones teniendo en cuenta no sólo todas las técnicas de ingeniería adecuadas, sino todos aquellos parámetros del espacio preexistente, biodiversidad, adaptabilidad de la propuesta y sus correspondientes estudios de mantenimiento, sin los cuales, no sólo se puede echar a perder una inversión económica, sino también el valor del espacio transformado para una comunidad determinada, ya sea a pequeña o gran escala. 

Cada vez más, los organismos de decisión van escapando a la desinformación y a las presiones de diferente índole y poco a poco, se es consciente de que el cambio pasa por cada uno, actuando desde su entorno...desde la correcta elección de un árbol para un jardín, hasta la instalación de SUDS en las ciudades para recarga de acuíferos. Desde el correcto dimensionamiento de redes de riego hasta la formación de hábitats para protección de fauna local... Todo está conectado... todo suma...y ojalá no reste.

Nuestro único patrimonio es nuestra vida, nuestra salud y el medio en el que vivimos. Sin eso; no hay nada